¿En qué te hace pensar un océano azul? Para mucha gente, es una imagen de paz y tranquilidad, que inspira a ver el mundo como un lugar rico y vasto.
Por eso, no fue por casualidad que W. Chan Kim y Renée Mauborgne eligieron esa metáfora para bautizar una de las estrategias más populares de las últimas décadas. Los profesores del Instituto Europeo de Administración de Empresas (INSEAD) son autores del best-seller La Estrategia del Océano Azul, lanzado en 2005 y traducido a más de 40 idiomas.
Pero, a fin de cuentas, ¿qué tiene que ver un océano azul con la gestión de negocios? En este artículo, entenderás la propuesta, los factores diferenciales y ventajas de esta estrategia, así como el paso a paso para aplicarla. ¡Sigue leyendo y amplía tu conocimiento!
El océano rojo es un ambiente predatorio en el que el agua tiene el color de la sangre. En este territorio altamente disputado, gana el tiburón más feroz, capaz de intimidar a otros predadores y llevarse la mayor porción de comida.
En términos de negocios, los players tratan de ampliar su market share superando y hasta eliminando a la competencia por la formación de conglomerados. Redes de supermercados, grupos hospitalares, empresas de aviación y telefonía, y hasta el mismo Facebook (actualmente Meta) son ejemplos de compañías en un océano rojo. Esto ocurre porque su mercado de actuación está saturado o en vías de saturación. Con límites y reglas establecidas, este es un espacio donde muchas empresas actúan de la misma manera, en pos de un mismo objetivo: crecer superando a la competencia.
Sucede que mantenerse al frente de la competencia demanda tiempo y dinero. Además de eso, no es posible que todos los players tengan la preferencia del público, ni tampoco recursos infinitos para desarrollar nuevos productos. En algunos casos, la disputa es tan pareja que difícilmente se puede obtener el lucro ideal – ya que la empresa tiene perjuicio para mantener el espacio conquistado.
Todos estos elementos generan una lucha por los consumidores en la cual cada empresa debe elegir entre valor agregado y costos de producción. En mercados saturados, las tentativas de diferenciación son rápidamente copiadas por la competencia y dejan de ser un diferencial para tornarse como un estándar de mercado, elevando los costos de todas las empresas. Una estrategia de reducción de costos, a su vez, disminuye los márgenes de lucro – dejando pocas oportunidades para búsqueda y desarrollo.
Sea cual sea el camino adoptado, la tendencia de las empresas en el océano rojo es entregar cada vez más valor a sus clientes y derribar todos sus márgenes, “sacrificando” algunas ganancias para intentar salir adelante.
Seguro que ya has oído decir que “ningún mar en calma hizo experto a un marinero”. Esta misma es la filosofía del océano azul. Esta metodología invita a los emprendedores a “zarpar” desde el océano rojo rumbo a aguas inexploradas en busca de mercados libres de competencia.
En esencia, esta estrategia consiste en “buscar simultáneamente diferenciación y bajo costo para abrir un nuevo territorio de mercado y crear una nueva demanda”. En suma, la idea es desarrollar un producto o servicio disruptivo que inaugure un nuevo segmento y desafíe la estructura conocida de la industria.
Como, en el océano azul, no hay modelos de negocio ni players consolidados, las empresas tienen libertad para innovar sin la presión de tener que “golpear” a los competidores (que, muchas veces, ni siquiera existen). Centrando tus inversiones en soluciones creativas, éstas se vuelven pioneras en tu mercado, lo que te permite crecer y generar lucro mucho más fácilmente.
Para entender mejor esta idea, piensa en el ejemplo de Apple. Aunque sus productos y servicios sean similares a los de otras empresas, Apple fue precursora en materia de personal computing al inventar los dispositivos, la tecnología y la comunidad del sistema iOS. Todos los productos eran lo suficientemente familiares como para interesarle al público y lo suficientemente únicos como para alzar la marca a su estatus actual.
En ese sentido, Apple es uno de los casos más exitosos del océano azul, ya que, hasta el día de hoy, sigue siendo una referencia singular en el área de tecnología. Los lanzamientos de la empresa indican las posibilidades de todo el mercado y, de cierta forma, la organización compite sólo con ella misma.
Otros ejemplos emblemáticos de los últimos años son Netflix, la cual ofreció una alternativa totalmente diferente al alquiler de películas y YouTube, que se especializó en ser una alternativa de contenidos bajo demanda y personalizados para los usuarios.
El enfoque del océano azul alinea y beneficia a las tres partes fundamentales de tu emprendimiento: Valor, ganancia y personal. Creando las condiciones para que los equipos puedan innovar, la estrategia humaniza la operación y desarrolla la creatividad y la iniciativa, que resultan en soluciones prometedoras y clientes más satisfechos.
Si piensas que crear un océano azul es para ti, este es un buen momento para poner esta teoría en práctica. A continuación, te presentamos los pasos esenciales de esta estrategia.
Tras haber hecho el mapeo de los competidores, llega el momento de analizar la información reunida y detectar “rutas de fuga”, caminos posibles para elaborar un plan estratégico. El foco de esta etapa está en encontrar el valor innovador de tu negocio, aquello que lo diferencia de los demás y en lo que se necesita invertir.
Te dejamos aquí algunos puntoos que podrían ser interesantes para tu lluvia de ideas:
• Analizar empresas en tu nicho para identificar patrones y romperlos;
• Analizar empresas de otros nichos, pensando en cómo adaptar la oferta de productos y servicios;
• Analizar el contexto general, anticipando tendencias y demandas del público;
• Estudiar la cadena de compradores para investigar públicos desatendidos;
• Considerar servicios complementarios que podrían mejorar la experiencia del cliente
Finalmente, el feedback de la presentación se incorpora en una planificación final que se convierte en el modelo de negocios de la empresa. Una buena estrategia debe combinar la mayor ganancia posible con el menor riesgo agregado, diferenciando los productos de la empresa y optimizando el retorno de los clientes.
Vimos con el ejemplo de Apple que, aunque el océano azul sea una estrategia válida, seguir nadando solo es un reto importante. Y es así porque la tendencia es a que, con el tiempo, los nuevos territorios de mercado atraigan a competidores, convirtiéndose en océanos rojos y exigiendo, una vez más, que se busquen nuevas oportunidades.
En ese sentido, los pasos listados se pueden seguir constantemente, estimulando el desarrollo de nuevos frentes de negocio y la consolidación de una cultura de innovación.
Para dominar esta metodología sin que te queden dudas, visita el sitio oficial de Blue Ocean Strategy – y, claro, no dejes de leer los libros La Estrategia del Océano Azul y La Transición al Océano Azul, para emprendimientos ya existentes.
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